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Einstein y la educación

A raiz de la lectura de un excelente artículo en Deseducativos ( Virtud y Libertad. Aristóteles y Kant. Una nueva enseñanza. Por Juan Pedro Viñuela Rodríguez. (Gracias Eva por enviármelo)), he recordado este texto.

Es un documento extraido de La obra esencial de Einstein. Introducción y selección de José Manuel Sánchez Ron ( Libro completo aquí.)

Selecciono un fragmento de absoluta vigencia. Lo que está subrayado es mio. Se podría poner todo el texto en negrita, la verdad y casi con luces de neón en algunos tablones educativos.

«A veces se ve la escuela sencillamente como el instrumento que sirve para transferir una cierta cantidad máxima de conocimientos a la generación que se está formando. Pero esto no es correcto. El conocimiento es algo muerto; sin embargo, la escuela ha de preparar para la vida. Debería desarrollar en los individuos jóvenes aquellas cualidades y aptitudes que sean valiosas para el bienestar de la sociedad democrática. Pero esto no significa que se deba destruir la individualidad y que el individuo se convierta en un mero instrumento al servicio de la comunidad, como una abeja o una hormiga. Una comunidad de individuos estandarizados, sin originalidad ni objetivos personales, sería una comunidad empobrecida y sin posibilidades de desarrollo. Por el contrario, el objetivo debe ser la formación de individuos que actúen y piensen de manera independiente, pero pero vean, sin embargo, en el servicio a la comunidad su principal  preocupación vital.(…)
Pero, ¿qué tendríamos que hacer para alcanzar la situación ideal? ¿Tendríamos que intentar conseguir este objetivo moralizando? En absoluto. Las palabras son un sonido vacío, y se quedan en eso. El camino de la perdición siempre ha ido acompañado de palabras hipócritas que pretenden servir a un ideal. Pero las personalidades no se forman con lo que se oye y se dice, sino con el trabajo y la actividad.
Un mismo trabajo puede tener su origen en el  temor y en la coacción, en el deseo ambicioso de autoridad y distinciones, o en el amor por el objeto de esa tarea y en un deseo de verdad y entendimiento, y puede surgir de esa divina curiosidad que siente todo niño sano, pero que a menudo pierde fuerza muy pronto. La influencia educativa que se ejerce sobre el alumno a través de la realización de un mismo trabajo puede ser muy diferente dependiendo de que en la base de ese  trabajo haya miedo a sufrir daño, pasión egoísta o deseo de placer y satisfacción.
Además, nadie sostendrá que la dirección de la escuela y la actitud de los profesores no ejerce influencia sobre la formación de la base psicológica de los alumnos.
Pienso que lo peor para una escuela es ante todo trabajar con métodos basados en el temor, la obligación por la fuerza y la autoridad artificial. Tal procedimiento destruye los buenos sentimientos, la sinceridad y la confianza en sí mismos de los alumnos. Produce sujetos sumisos.

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Actualizo la entrada con escritos de algunos compañeros acerca del sistema educativo. Cómo está el patio…