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NN23

NN23 es un capítulo de la serie Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador. En sintonía con las historias de ciencia ficción distópicas, se nos presenta un futuro, parece que cercano, en el que está prohido leer y reflexionar. Los libros son rarezas del pasado,  objetos prohibidos que desaparecieron, fueron quemados y sólo se permite a su uso en el Departamento de profesiones exóticas o caducas (como es el caso del oficio de poeta).
A los ciudadanos se les «invita» a divertirse y ver el telencéfalo, sistema de transmisión de información que, con forma de casco, va conectado  directamente al cerebro.Ante una  amenaza extraterrestre la dirección de la Humanidad queda en manos del último poeta (Narciso Ibáñez Menta), ya que la Sociedad de Naciones ignora como lograr en 30 días que el 85% por ciento de la humanidad sea feliz. Esta es la condición que los alienígenas han puesto. De no cumplirse arrasarán el planeta.

¿Tienen los gobernantes como libros de cabecera novelas distópicas?

Noticias de actualidad:

El fragmento de Multa por leer acaba con unos hermosos versos de Juan Ramón Jiménez:

Roto el campo y deshechos los jardines,
estoy en el sol de las calles, como un can sin destino ;
por esta senda roja yo no sé a dónde voy,
mas sé que a nada en flor, ni a nada cristalino

*   *   *

Otras bibliotecas resistieron: La biblioteca que se salvó del fuego por Rafael Argullol. Artículo fascinante de la biblioteca Warburg, colección de un millonario que dilapidó su fortuna en libros y los clasificó de manera revolucionaria siguiendo su particular criterio.

Filosofía, ¿para qué?

Tras unos meses lejos del teclado del ordenador retomo el curso de este blog para iniciar el curso saludando a mis nuevos alumnos y a a los que se asomen por estás páginas.

En estos primeros días de clase nos asalta como siempre la cuestión de para qué sirve la filosofía y de si no es mejor ser ignorante y feliz y dejar a un lado toda la desazón que las cuestiones filosóficas nos pueden despertar.

Cuentan que al filósofo Xavier Zubiri, cuando le preguntaban sus estudiantes para que servía estudiar filosofía, él respondía, que en principio para que dejaran de hacerle esa pregunta.

Os remito a la propuesta de actividad de la profesora Ada Galán en su blog Las ideas de los náufragos con la canción Destino Zoquete de Def Con Dos.

Y una lectura altamente recomendable para alimentar la reflexión sobre el tema:

Brahmin prayer

VOLTAIRE

HISTORIA DE UN BUEN BRAHMÍN (1761).

(Candide et autres contes. Librairie Générale Française Tome I. Paris 1983. <Histoire d’un bon bramin>, pp.361-363. Traducción del 20-8-98 por Simón Royo Hernández).

Al través de mis viajes me encontré con un viejo brahmín, hombre razonable, lleno de ingenio y muy sabio; además, era rico, y, por tanto, aún más razonable: pues, al no faltarle de nada, no tenía necesidad de engañar a nadie. Su familia estaba muy bien gobernada por tres hermosas mujeres que se esmeraban por complacerle; y, cuando no se divertía con sus mujeres, se ocupaba en filosofar.

Cerca de su casa, que era hermosa, adornada y acompañada de encantadores jardines, habitaba una vieja india, beata, imbécil, y bastante pobre.

El brahmín me dijo un día: <<Quisiera no haber nacido nunca>>. Le pregunté por qué. Él me respondió: <<Llevo cuarenta años estudiando, y son cuarenta años perdidos; enseño a los otros, y lo ignoro todo: esta situación postra mi alma en tal humillación y tal asco que la vida me resulta insoportable. He nacido, vivo en el tiempo y no sé lo que es el tiempo; me encuentro en un punto entre dos eternidades, como dicen nuestros sabios, y no tengo la menor idea de la eternidad. Estoy compuesto de materia; pienso, pero jamás he podido instruirme acerca de lo que produce el pensamiento; ignoro si mi entendimiento es en mí una simple facultad, como la de andar o la de digerir, y si pienso con mi cabeza del mismo modo que agarro con mis manos. No solamente me es desconocido el principio de mis pensamientos, sino que el principio de mis movimientos me resulta igualmente escondido: no sé por qué existo. Sin embargo, todos los días se me hacen preguntas acerca de todos estos puntos: y hay que responderlas; no tengo nada bueno que decir; hablo mucho, y siempre me quedo confuso y avergonzado de mi mismo después de haber hablado.

Y resulta peor aún cuando me preguntan si Brahma ha sido producido por Visnú o si los dos son eternos. Dios es testigo de que no sé una sola palabra de ello, y bien se nota en mis respuestas. <<Ah! mi reverendo padre, -me dicen-, explicadnos cómo es que el mal inunda toda la tierra>>. Yo estoy tan absorto como los que me formulan esa pregunta: a veces les digo que en el mundo todo es de la mejor manera posible; pero aquellos que se han arruinado o que han quedado mutilados por la guerra no me creen en absoluto, ni yo tampoco; me retiro a mi casa abrumado de mi curiosidad y mi ignorancia. Leo nuestros antiguos libros, y ellos redoblan mis tinieblas. Hablo con mis compañeros: los unos me responden que hay que disfrutar de la vida, y burlarse de los hombres; los otros creen saber algo, y se pierden en ideas extravagantes; todo ello aumenta el sentimiento doloroso que experimento. Estoy cerca muchas veces de caer en la desesperación, cuando me doy cuenta de que tras todas mis investigaciones no sé ni de dónde vengo, ni lo que soy, ni adónde iré, ni en lo que me convertiré>>.

El estado de este buen hombre me produjo una verdadera lástima: nadie era más razonable ni tenía más buena fé que él. Comprendí que cuantas más luces tuviese en su cabeza y más sensibilidad en su corazón, más desgraciado sería.

Ese mismo día vi a la vieja mujer que habitaba en su vecindad: le pregunté si alguna vez había estado afligida por no saber cómo estaba hecha su alma. Ella simplemente no comprendió la cuestión: jamás había reflexionado ni un solo instante de su vida acerca de uno solo de los puntos que atormentaban al brahmín; ella creía en las metamorfosis de Visnú de todo corazón, y con tal de que pudiese tener de vez en cuando agua del Ganges para lavarse, se creía la más feliz de las mujeres.

Impresionado por la felicidad de aquella pobre criatura, retorné junto a mi filósofo, y le dije: <<¿No os averguenza ser desgraciado, al mismo tiempo que a vuestra puerta hay una vieja autómata que no piensa en nada, y que vive contenta?>>. <<Teneis razón, -me respondió-; me he dicho cientos de veces que yo sería feliz si fuese tan estúpido como mi vecina, y sin embargo yo no quisiera una felicidad semejante>>. Esta respuesta de mi brahmín me produjo una mayor impresión que todo lo demás; me examiné a mí mismo, y ví que en efecto yo no hubiese querido ser feliz a condición de ser imbécil.

Propuse la misma cosa a los filósofos, y fueron de mi misma opinión. <<Hay por tanto -dije yo-, una escandalosa contradicción en esta manera de pensar: ¿puesto que en definitiva de qué se trata? De ser feliz. ¿Qué más da tener luces o ser estúpido? Y aún hay mucho más: los que están contentos de cómo son están muy seguros de estar satisfechos; sin embargo los que razonan no están tan seguros de razonar bien. Luego está claro, -decía yo-, que habría que escoger no tener sentido común, a poco que tal sentido común contribuya a nuestro malestar>>. Todo el mundo estuvo de acuerdo conmigo, y sin embargo no encontré a nadie que quisiera aceptar el trato de convertirse en imbécil para estar contento. De ahí que yo concluyese, que si bien nos importa la felicidad, aún nos importa más la razón.

Pero, después de haber reflexionado, parece que preferir la razón a la felicidad, es ser muy insensato. ¿Cómo puede entonces explicarse tal contradicción?. Como todas las otras. Aquí hay algo de lo que hablar mucho.

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El título de este post está tomado del siguiente artículo de obligada lectura del profesor tristemente asesinado Ignacio Ellacuría. Pincha aquí.

La Biblioteca de Alejandría

Vamos a ver en clase la película Agora de Amenabar, pero antes vamos a recorrer la Biblioteca de Alejandría de la mano de Carl Sagan en la serie Cosmos (que recomiendo íntegra). Dice de ella que es «el faro de nuestro viaje a las estrellas». Coincido con él, quién tuviera un carnet de lectura para poder recorrerla y rescatar del olvido lo que contuvo… La magnitud de su pérdida es incalculable.

Página donde se puede leer lo dicho por Carl Sagan en el capítulo. Pincha aquí

ACTIVIDADES

  1. Carl Sagan llama a la Biblioteca de Alejandría “el faro de nuestro viaje a las estrellas”. ¿Qué estudiaban allí principalmente?
  2. ¿Qué significa la palabra Cosmos? ¿Y cosmopolita?
  3. “Había en la biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería.”¿Quiénes eran, que descubrieron cada uno de ellos y en qué campos del saber destacaron?
  4. ¿Qué defendía Aristarco? ¿y Ptolomeo? ¿Cuál de ellos tardó 1000 años en ser redescubierto?
  5. “Es evidente que allí estaban las semillas del mundo moderno. ¿Qué impidió que arraigaran y florecieran? ¿A qué se debe que Occidente se adormeciera durante mil años de tinieblas hasta que Colón y Copérnico y sus contemporáneos redescubrieron la obra hecha en Alejandría?”
  6. ¿Quien fue Hipatia? ¿Qué época vivió de la Biblioteca ? ¿Qué inventos le atribuye Sinesio de Cirene?
  7. Observa el cuadro de Rafael,  La Escuela de Atenas y localiza en él a Hipatia. Identifica a algún otro filósofo.

La libertad es una cometa

He escuchado una emotiva entrevista en RNE, del 3 de Marzo, al escritor y profesor de economía José Luis Sampedro. Con sus 93 años recién cumplidos y desde su retiro de Mijas en Málaga, sus palabras desbordan vitalismo y lucidez. He traido hasta el blog alguna de ellas, aunque lo recomendable es sin duda escuchar la entrevista completa:

«La libertad se acompaña siempre de responsabilidad… La libertad es como una cometa, vuela porque está atada. Si uno no se siente atado por la responsabilidad, por su deber, por sus necesidades, por sus creencias o filosofía de la vida, no puede volar. «

«Nos tenemos que educar en contra de la mala educación que nos dan…Educación para el saber y no para la eficacia…(En contra de Plan Bolonia) …¿Cuál es el futuro? Un despotismo tecnificado, con una minoría dueña del saber científico y de la técnica.»

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  • Otra entrevista en Youtube:

Séneca y la ira

Vimos  en clase de nuevo a Alain de Botton presentándonos su visión de Séneca y el por qué las enseñanzas de este pensador y los estoicos en general, podrían servir para dominar las pasiones. En este caso la ira. Abstine et sustine! Domínate y aguanta, es el lema que resume su pensamiento.

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Biografía de Séneca en Proyecto de Filosofía en español

Libro de Séneca De la ira

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Un texto contemporáneo:

» Hay personas que son incapaces de sobrellevar con paciencia los pequeños contratiempos que constituyen, si se lo permitimos, una parte muy grande de la vida. Se enfurecen cuando pierden un tren, sufren ataques de rabia si la comida está mal cocinada, se hunden en la desesperación si la chimenea no tira bien y claman venganza contra todo el sistema industrial cuando la ropa tarda en llegar de la lavandería. Con la energía que estas personas gastan en problemas triviales, si se empleara bien, se podrían hacer y deshacer imperios. El sabio no se fija en el polvo que la sirvienta no ha limpiado, en la patata que el cocinero no ha cocido, ni en el hollín que el deshollinador no ha deshollinado. No quiero decir que no tome medidas para remediar estas cuestiones, si tiene tiempo para ello; lo que digo es que se enfrenta a ellas sin emoción.

La preocupación, la impaciencia y la irritación son emociones que no sirven para nada. Los que las sienten con mucha fuerza pueden decir que son incapaces de dominarlas, y no estoy seguro de que se puedan dominar si no es con esa resignación fundamental de que hablábamos antes. Ese mismo tipo de concentración en grandes proyectos no personales, que permite sobrellevar el fracaso personal en el trabajo o los problemas de un matrimonio desdichado, sirve también para ser paciente cuando perdemos un tren o se nos cae el paraguas en el barro.

BERTRAND RUSSELL «La conquista de la felicidad»

Medio pan y un libro

Fragmento de:  Alocución al pueblo de Fuente

Vaqueros .

Federico García Lorca

“(…) No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita, ¿y dónde están esos libros?

(…) Por eso ¡No sabéis qué alegría tan grande me produce el poder inaugurar la biblioteca pública de Fuente Vaqueros! Una biblioteca que es una reunión de libros agrupados y seleccionados, que es una voz contra la ignorancia; una luz perenne contra la oscuridad.

Nadie se da cuenta al tener un libro en las manos, el esfuerzo y dolor, la vigilia, la sangre que ha costado. El libro es sin disputa la obra mayor de la humanidad. Muchas veces, un pueblo está dormido como el agua de un estanque en día sin viento. Ni el más leve temblor turba la ternura blanda del agua. Las ranas duermen en el fondo y los pájaros están inmóviles en las ramas que lo circundan. Pero arrojad de pronto una piedra. Veréis una explosión de círculos concéntricos, de ondas redondas que se dilatan atropellándose unas a las otras y se estrellan contra los bordes. Veréis un estremecimiento total del agua, un bullir de ranas en todas las direcciones, una inquietud por todas las orillas y hasta los pájaros que dormían en las ramas umbrosas saltan disparados en bandadas por todo el aire azul. Muchas veces un pueblo duerme como el agua en un estanque en día sin viento, y un libro o unos libros pueden estremecerlo e inquietarlo y enseñarle nuevos horizontes de superación y concordia.

Los doce trabajos de Hércules

Gran parte de mis primeras lecturas en la infancia fueron de tebeos y de algunas colecciones  de libros clásicos que se ilustraban con viñetas. Acercarse al comic es  una buena manera de liberarse de prejuicios ante el terror que algunos chicos sienten al papel escrito. Y aunque no sirviera, en algunos casos de puente, para adentrarse en otras lecturas, por sí mismo, ya es fuente de gratos momentos de lectura y de goce estético.Así que añado una etiqueta nueva para incluir aquellos comics que podríamos leer en clase.

Para empezar Los doce trabajos de Hércules de Miguel Calatayud.

Recomiendo una visita a estas páginas que son del mismo autor, Emilio Aurelio, y que hacen una recopilación exhaustiva de comics en extinción. Una joya de la red.

Enganchados a los libros

Acabo de ver el fragmento de  Collejeros «Adictos al libro» (José Mota) del programa Con el vértigo en los talones que se emitió en nochevieja. Un vecino indignado ante la la desvergüenza de los jóvenes que se dedican a hacer una actividad tan ilícita como LEER, exclama al entrevistador:

¿Esta es la juventud que nosotros queremos, eh? ¿Gente con criterio propio, eso es lo que queremos? ¿Que no se deje influir por opiniones de terceros, eh?

¿Cómo contagiar la pasión por la lectura? Me viene a la cabeza el inicio del maravilloso libro La historia interminable:

Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no puede explicárselas, y los que no las han vivido, no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que solo serán felices en un lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres hay.

La pasión de Bastian Baltasar Bux eran los libros.

Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre  o se estaba quedando helado…

Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse temprano…

Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa se acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecía vacía y sin sentido…

Quien no conozca eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces…

MICHAEL ENDE: La historia interminable



Si no quieres ser como estos…

La Bola de Cristal fomentando la lectura en 1986. ¡Qué recuerdos!

El íntimo placer de leer

Internet cambia la forma de leer… ¿y de pensar? . En este artículo de El País se comentan las afirmaciones de Nicholas G. Carr, experto en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y asesor de la Enciclopedia británica.

En su artículo «Is Google making us stupid? (¿Está Google volviéndonos tontos?), publicado en la revista The Atlantic, Carr achaca su desorientación a una razón principal: el uso prolongado de Internet. Está convencido de que la Red, como el resto de medios de comunicación, no es inocua. «[Los medios] Suministran el material del pensamiento, pero también modelan el proceso de pensar», insiste.
«Creo que la mayor amenaza es su potencial para disminuir nuestra capacidad de concentración, reflexión y contemplación«, advierte Carr, a través del correo electrónico. «Mientras Internet se convierte en nuestro medio universal, podría estar readiestrando nuestros cerebros para recibir información de manera muy rápida y en pequeñas porciones», añade. «Lo que perdemos es nuestra capacidad para mantener una línea de pensamiento sostenida durante un periodo largo».

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Las nuevas tecnologías son elementos transformadores de la conciencia, pero no podemos olvidar su lado positivo y es que pueden llegar a ser a su vez muy estimulantes. Objeciones muy parecidas en contra de la escritura puso Platón en boca de Sócrates en el Fedro, al considerar que ésta debilitaba la memoria y el pensamiento, al tiempo que era una actividad inhumana, pasiva y artificial.

Otro tanto sucedió con el invento de la imprenta, muy denostado por aquellos que veían en ella los mismos peligros que Platón denunciaba antaño de la escritura, sin apreciar su carácter alfabetizador y la enorme difusión que permitía del saber.

«Un libro es un jardín que se lleva en el bolsillo.» ( Y de que abunden bolsillos estériles y desérticos no tiene culpa la red precisamente). Este proverbio árabe ilustra la colección de fotos, realizadas entre 1912 y1984, que André Kertész dedicó al «íntimo placer de leer«. No sin cierto pudor, nos descubre a una serie de personajes sumergidos en la lectura y ajenos al mundo.

Fahrenheit 451 (II)

Para el que quiera saber en que consiste:

1. ¿Qué es el proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro)? En el mundo que describe Ray Bradbury en «Fahrenheit 451» no hay libros. Están prohibidos y los bomberos se dedican a quemarlos. Sin embargo hay personas que se resisten y lo hacen aprendiéndose cada una de ellas un libro. Poco a poco organizan un plan llegando a ser miles las personas que llevan un libro en su cabeza, verdaderas bibliotecas itinerantes.

2. ¿A qué debe su nombre? Es un reconocimiento a Ray Bradbury, que escribió la historia de las personas que defendiendo los libros defendían al ser humano. 451 grados en escala Fahrenheit es la temperatura a la que arde el papel y como quien quema libros termina tarde o temprano por quemar personas…

3.- El libro de Bradbury llama la atención a quien lo lee… La visión de Bradbury resulta profética. Su preocupación por un futuro de la humanidad dependiente de las máquinas, por la aplicación de la tecnología para el control de los ciudadanos, por la autocensura, que es la censura más eficiente…

4.- ¿Son las personas libro la alternativa? Tan solo se resisten, que no es poco.

5. ¿Cuál es el objetivo del Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro)? Que todas y cada una de las personas del mundo tengan un libro (un pedacito de libro) en la mente y en el corazón y lo narren mirando a los ojos. Que, aunque mil cosas y mil guerras nos separen, tengamos en común el ser personas libro.

6. ¿Cuándo y cómo surgió la idea? Al volver a leer «Fahrenheit 451» y ver la película de Truffaut sobre el libro que escribió Ray Bradbury que trata de una época en que se queman todos los libros y sólo se ve televisión. Vimos posible la existencia de personas libro, tal vez porque sentimos su necesidad.

7. ¿A quién va dirigido? A todas las personas del mundo que quieran defender los libros aprendiéndose un texto, haciéndolo suyo.

8. ¿Qué requisitos son necesarios para formar parte del proyecto? En la red de personas libro cabe todo el mundo. Tan solo se necesita querer defender los libros aprendiéndose un texto.

9. ¿Es difícil aprender un texto? Hacerlo tuyo y narrarlo es un trabajo muy placentero y enriquecedor. Además otras personas libro le ayudaremos a ello adaptándonos a su forma de aprehender el texto y narrarlo. Hay técnicas eficaces. Es muy importante la forma de preparar a las personas libro y por ello es clave que haya quienes ayuden a otras a aprenderse un texto y a narrarlo.

10. ¿Qué tiene que hacer aquella persona que quiera convertirse en persona libro? Elegir un texto por muy pequeño que sea (ya hay una persona libro que se aprendió el famoso relato del dinosaurio de Monterroso) y contactar con las personas libro. También puede colaborar con otras en el rescate de un libro entre varias personas, como se ha hecho con el Quijote en el Círculo de Bellas Artes o el libro de Primo Levi «Si esto es un hombre» que harán jóvenes de institutos.

11.- ¿A dónde debe dirigirse? A la Asociación Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) en nuestra página web : http://www.personaslibro.org, aunque con el tiempo pretendemos contactar con todas las bibliotecas públicas… ¡del mundo!

12.- En el Decálogo se dice. «El Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) busca que la población ande por ahí recitando en voz alta sus libros.» ¿Cómo se mira a alguien y se le narra? Decía Carson McCullers sobre un personaje. «Existe un tipo de personas que tiene algo que las distingue de las demás; son personas que poseen ese instinto que solamente puede darse en los niños muy pequeños, el instinto de establecer un contacto inmediato y vital entre ellas y el resto del mundo.» Pretendemos que las personas libro sean de este tipo. En cualquier caso «el contacto inmediato y vital entre ellas y el resto del mundo» , es decir las personas que les escuchan, es esencial. Por ello la base de nuestra narración es la mirada de la persona libro. La mirada que siempre busca: algo, a alguien… La mirada que respira y narra, que muestra más que dice. La mirada que hace que las personas que escuchan existan de verdad junto a la persona libro, esa persona que sabrá dosificar sus palabras porque conocerá el valor del silencio.

13.- ¿Qué se necesita para que el proyecto funcione? Sólo se necesita el entusiasmo de las personas que creen en el proyecto. Que elijan un texto por pequeño que sea para hacerlo suyo y empiecen a aprehenderlo con sencillez y dejándose ayudar por otras personas libro.

14.- ¿En qué medida se puede participar para que el proyecto funcione? Es un proyecto abierto a todas las personas, a todas las ideas, pero siempre sin olvidar la narración de quien mira a los ojos respirando su texto y a las personas a quienes narra. Si alguien conecta con las personas libro, seguro que encontraremos una forma de que participe en la medida de sus posibilidades.

15.- ¿Qué papel tienen las instituciones? Éste es un proyecto de personas de a pié, aunque no rechazamos el apoyo de las instituciones siempre que mantengamos nuestra independencia. Hay un apoyo de calidad, el de las personas que escriben. También de las editoriales, las escuelas, las universidades… y sobre todo las bibliotecas, alrededor de las cuales se desarrollará el Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro)

16.- ¿Quién apoya el proyecto Fahrenheit 451? Personas de todas las culturas (europea, árabe, judía…) profesores, amas de casa, estudiantes, criaturas muy jóvenes, inmigrantes… Pero también estamos abiertos a instituciones que crean en las personas libro, como el Círculo de Bellas Artes, donde se ha presentado el proyecto defendiendo el Quijote…

17.- La ciudadanía… Para Maurice Blanchot las grandes ciudades dependen de los textos que custodian: «La autoridad no tiene ahí su sede porque sea el lugar del gobierno, el mando del ejército o la jerarquía eclesiástica, sino porque es el lugar del archivo» . A partir del Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro), el archivo sería itinerante pues lo llevarían las personas dentro de ellas, lo que nos haría fijarnos más en el concepto de ciudadanía que en el de ciudad. Por eso hablamos de personas.

18.- ¿Por qué se pretende poner en marcha un proyecto como éste en la época actual? Porque lo necesitamos más que nunca, ya que nos estamos acercando peligrosamente a ese mundo en que sólo se veía televisión como el que describió Bradbury en «Fahrenheit 451». Y también porque creemos seriamente que quien quema libros termina tarde o temprano por quemar personas.

19.- Pero ya nadie va a quemar libros... Quizá no se quemen libros pero la lectura esta quemada. En cualquier caso Sarajevo está ahí mismo y Bagdad y…

20.- Se edita más que nunca. Pero se lee cada vez menos. No hará falta quemar los libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee…

Fahrenheit 451 (I)

Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel de los libros, nombre que da título a una gran película de F. Truffaut.

En una sociedad en la que leer libros está prohibido, Guy Montag, un bombero encargado de quemarlos conoce a una revolucionaria maestra que se atreve a leer. Éste se verá en la tesitura de tener que elegir entre seguir con su vida obediente y formal o ser intelectualmente libre.

Esta basada en una novela de Ray Bradbury. En el prefacio a la edición de 1993 el autor cuenta:

«¿Qué despertó mi inspiración? ¿Fue necesario todo un sistema de raíces de influencia, sí, que me impulsaran a tirarme de cabeza a la máquina de escribir y a salir chorreando de hipérboles, metáforas y símiles sobre fuego, imprentas y papiros? Por supuesto: Hitler había quemado libros en Alemania en 1934, y se hablaba de los cerilleros y yesqueros de Stalin.
Y además, mucho antes, hubo una caza de brujas en Salem en 1680, en la que mi diez veces tatarabuela Mary Bradbury fue condenada pero escapó a la hoguera.»
En un momento de la novela Guy Montag le dice a su esposa:
«Quizás algún hombre necesitó toda una vida para reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y la existencia, y, entonces, me presenté yo y en dos minutos, ¡zás!, todo liquidado.»

Cementerio de papel

Las siguiente fotografías muestran el estado de abandono y deterioro del Depósito Municipal de libros escolares en Detroit. (El reportaje realizado por Sweet Juniper en Flickr bien merece un vistazo).

Fuente: Fogonazos blog ( De la serie Abandonos)

Libros (II)

«Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro»
Groucho Marx

Libros (I)

Biblioteca del Trinity College en Dublín, Irlanda.

Decía Borges que «un buen libro contiene importantes noticias acerca de uno mismo«.

Y André Maurois: «La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta